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jueves, 29 de junio de 2017

Mamá Koussa, una joya de la parroquia



Se llama Therese Koussa. Es una de las primeras cristianas de la parroquia. Se bautizó en 1964, cuando Begou era una simple capilla de la única parroquia que había en Sarh. Se casó con un convertido al Islam. Forma parte del equipo pastoral de la parroquia, es catequista, madre de familia ejemplar y miembro fundador del grupo de los Laicos Misioneros Combonianos de Chad. Trabajaba como matrona en el hospital central de Sarh, pero ahora ya está jubilada, lo que le permite tener más tiempo libre para lo que más le gusta: prestar sus servicios a la parroquia.

Decía que se casó con un convertido al Islam, y eso aquí no pasa desapercibido. Me atrevería a decir que uno de sus grandes méritos es su vida matrimonial. El respeto mutuo que se tienen ella y su marido es algo que merecería un libro aparte. Cuando vienen los tiempos fuertes para los cristianos (Adviento, Navidad, Cuaresma, Pascua….) ella tiene todas las bendiciones de su marido para estar en la parroquia y participar en todas las celebraciones. Cuando llega el Ramadán, Therese lo da todo para que su marido lo pueda vivir como manda su religión, estando totalmente a su servicio, especialmente para prepararle la comida cuando se pone el sol.

Metida en política hasta el cuello, es la responsable del movimiento de mujeres MPS (el partido del Gobierno) en Sarh. No se esconde de ello, muestra su convicción política sin dejar que ello influya en su convicción como cristiana, y ahí tiene su segundo mérito. Es autodidacta y una enamorada de la Biblia. Te puede recitar casi de memoria las historias de Ruth o Esther, mujeres ejemplares cuyas vidas están narradas en el Antiguo Testamento y que ella tiene como modelo.

Como catequista experimentada es más que una madre para los catecúmenos, preocupándose no solo de que aprendan la catequesis, sino de cómo viven y afrontan las dificultades que les presenta la vida y la fe cristiana, no dudando en irlos a visitar a sus propias casas. Miembro del equipo pastoral, habla con franqueza y da su opinión sin tapujos y sin tener miedo a lo que piensen los demás. ¿Su tercer mérito?.

Tuvo la suerte de estar presente en la celebración de la canonización de San Daniel Comboni, y eso la marcó profundamente, sobre todo la máxima de Comboni de “Salvar África por medio de África”. A partir de ahí, empezó a sentir que tenía una gran responsabilidad como mujer africana, y desde entonces no ha dejado de ponerse con más ahínco aun al servicio de sus hermanos. Fue así como nació el grupo de los Laicos Misioneros Combonianos con ella como uno de los miembros fundadores. Por cierto, cuando nació su nieta (la que está con ella en la foto), se empeñó en que le pusieran el nombre de Daniela, en honor a Daniel Comboni.

Hace unos meses se responsabilizó de acompañar de manera particular a la comunidad cristiana de Kokaga, un poblado que está a unos 7 km. de Sarh y que pertenece a la parroquia. Tienen muchos problemas y ella, para vivir su compromiso como Laica Misionera Comboniana aceptó ir una vez por semana para ayudarlos, animar a la gente, formar a los pocos cristianos que hay allí para que poco a poco la comunidad pueda afianzarse. O sea, una verdadera joya.

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