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viernes, 24 de septiembre de 2010

Ser madre en Europa

Hace poco salió publicado en la prensa el caso de una diputada europea que acudió al parlamento con su bebé en los brazos. Según leía en la información, lo hizo para llamar la atención sobre la dificultad que tienen las mujeres para compaginar el horario laboral con el familiar. (ver http://www.elmundo.es/elmundo/2010/09/22/union_europea/1285158341.html)

El hecho fue comentado en las redes sociales; al menos en la que yo me he apuntado hace poco -siempre era reacio a ellas y al final caí-. La discusión a la que asistí tenía argumentos de todo tipo; hasta hubo quien comentó socarronamente en la página web del diario que "sólo le faltó darle el pecho en público".
Ese mismo día leía en un diario deportivo que el entrenador de un importante equipo de fútbol de España había rechazado una petición de los jugadores para empezar los entrenamientos media hora más tarde para poder, así, llevar a sus hijos al colegio.

No me quiero meter donde no me llaman, ya que ni estoy casado, ni tengo hijos, ni soy empresario, ni regulo ningún horario ni ley laboral. Sin embargo, el tema no me es indiferente.

En África he visto muchas cosas; pero la que más me maravilló siempre fue la manera que tienen las mujeres de solucionar los problemas cotidianos; y allí una de las cosas más cotidianas son los hijos, su educación, su subsistencia y la preocupación por que no les falte de nada. He visto mujeres ir a trabajar al campo a las pocas horas de haber dado a luz, con el retoño acurrucado en su espalda sujeto delicadamente por un paño. He visto pequeñajos que apenas levantan un palmo del suelo cuidar de sus hermanos pequeños o ir a buscar agua a no pocos kilómetros de sus casas. Con apenas seis o siete años se recorren enormes distancias (a pie, por supuesto), para ir a la escuela -los que tienen el privilegio de ir a ella, claro-.

Recuerdo cuando era niño, que iba solo al colegio, me pasaba el día en la calle y sólo entraba en casa para el pedazo de chocolate y el bollo de la merienda. Es cierto, mi madre no trabajaba, eran otros tiempos, no había tantos coches ni tanto tráfico ni tanta inseguridad como hoy, todo era distinto. Reconozco también que no se pueden comparar ni las épocas ni los lugares. Europa es lo que es y África es África. Sin embargo, en todo este asunto me queda como un amargo sabor en la boca. ¿Tanto da que hablar que una mujer lleve a su bebé en su regazo cuando va a trabajar? ¿Tanto escandalizaría que le diese de mamar en plena sesión del parlamento? Algo de nuestra humanidad está fallando entonces. Si yo les contara.... Hasta en la Misa las mujeres no tenían reparo en amamantar a sus bebés. Una Misa en África puede durar horas, y para un recién nacido no hay "horarios" de comidas como a los que tan acostumbrados estamos en Europa.

No se trata de decir quién tiene razón ni si la diputada hizo bien o hizo mal. Tampoco se trata aquí de dar soluciones fáciles a un tema tan delicado en nuestra sociedad como la compaginación del tiempo laboral y el familiar. Sin embargo, nadie me negará que lo de ser madre hoy es duro, difícil y complicado y nuestro mundo mercantilista, materialista y eficaz no facilita las cosas; al igual que ser padre, pero eso es tema que dará para otro comentario......

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